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Los robots llegan a las escuelas chinas
Los alumnos de una escuela infantil de Pekín no pueden aguantarse a risa al intentar resolver el problema que les ha puesto su nuevo «profesor«, un pequeño robot de cabeza redonda y con cara en forma de pantalla táctil.
De 60 cm de alto, el asistente de enseñanza autónomo Keeko está siendo utilizado en 600 escuelas infantiles de China. Cuenta historias y propone a los niños ejercicios de lógica.
Este robot, blanco y regordete, desprovisto de brazos, se desplaza rodando. Sus cámaras integradas le sirven para orientarse, toda vez que los niños pueden usarlas para grabar videos.
En China, los robots ya reparten la compra, acompañan a ancianos o informan sobre las leyes.
En la escuela infantil Yiswind, en las afueras de Pekín, los niños escuchan religiosamente al pequeño profesor androide mientras cuenta, con voz infantil, la historia de un príncipe que se perdió en el desierto.
La tarea de los niños es reconstituir, con alfombras, el camino que tomó el personaje del cuento y que aparece en la pantalla del robot. Por cada buena respuesta, Keeko reacciona con entusiasmo y en su pantalla aparecen unos ojos en forma de corazón.
A parte de las escuelas infantiles chinas, el fabricante de robots Keeko espera poderlo implantar en otros países de Asia.
Pekín acaba de albergar una conferencia internacional sobre robótica, en la que se habló de robots cirujanos o incluso de otros capaces de jugar a bádminton o tocar la batería.
Los robots Keeko, que cuesta USD 1.490 es decir, alrededor del sueldo mensual de un maestro de infantil, todavía no se han convertido en un una gran ventaja.
Redactado por Alejandra Rea